“El sistema es una búsqueda de los niveles mínimos aceptables de capacidad dentro de una sociedad determinada.”
Pocos jóvenes se atreven a luchar contra el sistema, y estos pocos jóvenes desisten después de varias derrotas y se integran a las filas del "sistema".
El Sistema es el método para medir el conformismo, y justificar ante los conformistas las cosas de la vida, creando una versión primitiva de orden, en la cual la escala de valores se basa en lo efímero, belleza y cosas materiales, en lugar de las cosas que realmente importan. Mente y corazón.
Algunos dirán, pero de que vivimos? Sinceramente deberíamos vivir de hacer lo que nos gusta, no estar vendidos al sistema, que nos paguen por hacer algo bien en lo que no comprometamos nuestra alma en el proceso. Vivir libres, hacer lo que se necesita, pero no estar en venta.
Algunos creen que el ir a trabajar es estar vendido al sistema, el trabajo nos da un dinero, que es simplemente un símbolo del trabajo. El dinero conseguido a través de fines diferentes al trabajo, simboliza al sistema.
En lo personal, creo que debe haber aunque sea un principio de orden; la policía puede ser corrupta en mi país, pero sin ella las cosas serían peor.
Desgraciadamente, hay personas que más que estar en lucha contra el sistema, son personas que están a favor de la anarquía. Estoy de acuerdo que hay cosas que se deben echar abajo, pero, que va a dejarse en lugar de ellas? Al poner orden siempre debe uno adaptarse al nivel del medio al que nos enfocamos; y dejar en su lugar algo mejor.
Para que la lucha contra el sistema sea real debe ser en todo momento y en todo lugar; no es posible aceptar las comodidades y seguridades del sistema, y sentirse un rebelde. Hay que luchar contra el sistema, pero teniendo conocimiento de qué es lo que se debe cambiar, de lo contrario sería algo ridículo, por eso mucha gente que lucha contra él, acaban sus días como dependientes del mismo.
Estoy en contra de los que se entregan y de la mediocridad voluntaria, en contra de aquellos que venden su alma por un plato de lentejas o por un auto del año.
Pero ¿cómo puedo yo luchar contra el sistema? ¿No echando gasolina al auto para no contribuir al cambio climático y al aumento de la fortuna de unos jeques anclados en la edad media para lo que les conviene? ¿No comprando en las grandes superficies, aunque sea más barato, para no contribuir al desarrollo del culto consumista con nuestro donativo? ¿Saliendo a la calle con pancartas para hacer oír mi voz de protesta cuando ya lo hace un grupo de interesados escudándose en querer el “cambio de sistema”, cuando en realidad quieren ser ellos los que establezcan un nuevo sistema en el que solo ese grupo sea el beneficiado? ¿Movilizando a los sindicatos contra la patronal que les subvenciona y les da de comer? ¿No leyendo la prensa ni viendo la televisión que nos manipula y entretiene, nos adormece y nos anestesia del dolor de una realidad con acompañamiento de salsa rosa? ¿Buscando una ONG que me salve de este contagio de burguesía y aproveche los fondos y donaciones para enriquecer a sus órganos directivos?
Después de mucho reflexionar he llegado a la feliz conclusión de que la mejor manera de luchar contra el sistema es hacer el amor.
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